Cristian C. Bellot | (Micro)Relato XXXI: La mayor historia jamás contada
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(Micro)Relato XXXI: La mayor historia jamás contada

Érase una vez en un reino muy lejano…

Para un momento. ¿Érase una vez? ¿En serio? No puedes empezar la historia así.

¿Por qué no? Es una fórmula de inicio válida y reconocida en todo el mundo.

Exacto, es demasiado común, poco original.

No veo qué tiene de malo.

Muy sencillo: no despierta interés, no genera expectativas. Si alguien me empieza a explicar una historia con esa frase tan y tan utilizada, desconecto enseguida y mi mente viaja a cualquier otro lugar más apasionante. Necesitas empezar de una forma que enganche desde la primera palabra, que te atrape irremediablemente y no te suelte hasta llegar al final del relato.

¿Cómo sugieres que empiece?

Tú eres el narrador.

Tú eres a quien le molesta mi forma de hacerlo.

Solo te he hecho una sugerencia.

Y ahora me gustaría que me sugirieras un buen inicio para la historia. ¿Y bien?

Estoy pensando. Esta historia se merece un inicio a la altura de su grandeza. Es una historia que abarca varias eras, con cientos de personajes, batallas épicas, traiciones, intrigas de gobiernos de reyes y súbditos, y de otros posteriores de supuestos democráticos. Es una historia de héroes, de bribones, de guerreros y campesinos, de padres, madres e hijos. Es una historia de amor, de respeto, de amistad, pero también de odio y venganza. Es una historia para todos, y que afecta a cada uno de una forma distinta. La mayor jamás contada.

Conozco la historia, conozco su grandeza. No necesito que me la recuerdes. Necesito que me des un inicio acorde a tus gustos exigentes.

Está bien. A ver qué te parece esto: En una época en que las miradas se alzaban al cielo con la esperanza de capturar la imagen de las nubes preparándose para descargar su llanto, en que los caminos transportaban, además de polvo, pocas esperanzas y multitud de decepciones, en que los recuerdos de tiempos mejores eran los únicos sueños que podían apagar las pesadillas, en un lugar donde un trozo de pan servía de extremo sustento de muchas familias y un odre de vino era un lujo que muy pocos se podían permitir, donde los buitres nunca se alejaban demasiado de los poblados y los lobos acechaban sin miedo a represalias, donde un simple tropiezo en el momento equivocado podía acarrearte un castigo que te acercara a la locura… Bueno, eso es lo que tengo de momento. ¿Qué te parece?

Demasiado rebuscado.

¿Demasiado rebuscado? ¿Qué significa eso? Es un inicio que evoca sensaciones.

Evoca somnolencia. Si contara toda la historia así, a nadie le interesaría escucharla de principio a fin, por muy buena que sea. La gente desconectaría muy pronto. Hay que ser mucho más directo, llegar cuanto antes a las partes más interesantes y dejar el relleno para otro momento.

Sigue siendo mejor que tu inicio.

Vale, pues escucha este, es mucho mejor y no creo que le encuentres una sola pega: Había una vez…

Qué desastre…

Photo by Mikolaj on Unsplash

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